En esta investigación se lleva a cabo una reflexión sobre el papel que juegan las solidaridades familiares y el sistema de género en los procesos de arraigo en los espacios rurales. En este artículo se dan a conocer dos casos etnográficos, dos trayectorias de vida, las de un hombre y de una mujer. Son productores de café al sur del Soconusco, en Chiapas, y pertenecen a una generación nacida en los años 1950 que vivió dos momentos históricos distintos: una primera socialización estructurada alrededor de la producción agrícola de la parcela y del ejido, y una nueva etapa a partir de los años 1990, cuando esta misma generación enfrentó procesos de desagrarización. El artículo revela el peso del género sobre las solidaridades familiares porque los hombres y las mujeres no heredan los mismos recursos ni ejercen las mismas obligaciones en las familias.