“…Destinar los recursos propios al pago de algo que no es parte de aquello en lo que el individuo tiene disposición 1. En la literatura académica se encuentran distintos estudios que han abordado lo referente a la disposición a pagar, los cuales son referenciados a continuación en caso de que sea de interés del lector profundizar en este concepto: Hanemann (1991), Shogren, Shin, Hayes y Kliebenstein (1994), Olsen y Smith (2001), Wertenbroch y Skiera (2002), Dahl y Moreau (2002), Netemeyer et al (2004), Homburg, Koschate y Hoyer (2005), Pelsmacker, Driesen y Rayp (2005), Blumenschein, Blomquist, Johannesson, Horn y Freeman (2008), Shiroiwa et al (2010), Adaval y Wyer (2011), Koschate-Fischer, Stefan y Hoyer (2012), Dost y Wilken (2012) a pagar tiene un impacto conductual, en especial, si se reconoce que los seres humanos conjugan en sus decisiones aspectos tanto racionales como emocionales. En 1979, a través de una revista de medicina canadiense (Canadian Medical Association CMA Journal), se publicó un breve escrito en el que se planteaban consejos para que las personas aliviaran el dolor por pagar por su bienestar médico en Estados Unidos (CMA, 1979), suceso que se producía especialmente por tres aspectos: el monto de la cuenta pagada por el servicio médico, la enumeración de los detalles pagados en la cuenta o factura y los costos adicionales que se generaban por la prestación del servicio, en especial, aquellos asociados con tiempo.…”