“…De estos componentes, el edc suele caracterizar el discurso de los medios de comunicación, ya que las creencias sociales son privilegiadamente comunicadas y reproducidas en el lenguaje (Van Dijk, 1999). Desde este punto de vista, las creencias sociales que constituyen el edc se configuran alrededor de una serie de temas hallados en distintos contextos de conflicto intratable (Borja-Orozco, Barreto, Sabucedo, & López-López, 2008;Bar-tal, 2000;Bar-Tal, Sharvit, Halperin, & Zafran, 2012;López-López, Rincón-Unigarro, Correa-Chica, & García-Revelo, 2018;Međedović & Petrović, 2013;Shaked, 2016;Uluğ & Cohrs, 2017, Bar-Tal et al, 2012Villegas de Posada, Flórez, & Espinel, 2018). Estas incluyen (a) la legitimidad de los propios objetivos, señalando su importancia y justificación; (b) la necesidad de seguridad, incluyendo evaluaciones de amenaza y las medidas necesarias para enfrentarla; (c) la autoimagen colectiva positiva, que se refiere a la atribución etnocéntrica de características positivas al endogrupo; (d) la victimización, presentando al endogrupo como dañado por el adversario; (e) la ilegitimidad del oponente, excluyéndolo de los límites morales de los grupos aceptados; (f) el patriotismo, promoviendo valores como lealtad, amor, cuidado y sacrificio; (g) la unidad y consenso, ignorando los desacuerdos dentro de la sociedad sobre cómo enfrentar el conflicto; y (h) la orientación a la paz, como el motivo objetivo de la sociedad.…”