El manuscrito medieval y el incunable literarios presentan una estructura bibliográfica trimembre, derivada en último término del papiro antiguo: el protocolo o anexos preliminares, el cuerpo central y el escatocolo o anexos finales. Aunque en las distintas ramas de la bibliología, no se ha profundizado en estos aspectos, la diplomática proporciona los instrumentos básicos para afrontar el análisis. Dentro de los anexos preliminares, en el corpus hispanomedieval se advierte la mayor incidencia del encabezamiento (invocación, incipit, título, autoría, mandante, rogatario y dirección) con respecto al colofón (explicit, suscripción de copista o pie de imprenta y laus Deo), sección nuclear de los anexos finales. En general, como ocurre en los diplomas, no todos los constituyentes estarán copresentes en un mismo testimonio. Esta estructura, que se traslada del códice al impreso sin solución de continuidad, puede resultar de gran utilidad en la collatio externa de una tradición textual.