“…A lo largo de los últimos 30 años, una serie de factores más o menos interrelacionados entre sí como Internet, globalización, creciente predominio del idioma inglés, mayor transparencia, crisis económicas, sistemas de acreditación de los investigadores, programas informáticos…, han dado un vuelco a la publicación científica. A pesar de que todos los cambios producen algún malestar al tener que adaptar las rutinas de trabajo (Harzing y Adler, 2015;Schimmer y Geschuhn;Vogler, 2015;Segado-Boj et al, 2018), podríamos decir que en conjunto la situación actual ha ido mejorando en favor de la ciencia: tenemos abundancia de información (Anglada, 2019;Dinu, 2018), mejor acceso a la misma, se trabaja con más ética (Baiget, 2010) y más transparencia (Wicherts, 2016).…”