Necesidad de intervención psicológica de las familias adoptivas.

Abstract

La adopción es un acto legal mediante el cual un menor de edad, se convierte en miembro de una familia con la cual no tiene nexos biológicos. Históricamente las familias adoptivas han tenido poca visibilidad social, debido a que esta condición tiene un matiz de abandono, que, en aras de proteger al niño o niña que la vive, se intenta ocultar, negar o restar importancia. Sin embargo, la separación –que puede ser dramática- y la posible institucionalización pueden generar traumas que requieran atención psicológica, médica y educativa especializada. Los profesionales de la salud mental deben contemplar a la triada de la adopción, compuesta por la familia biológica, la creatura y la familia adoptiva e implica retos en cada una de sus aristas. La madre biológica tiene una importante presencia en el acto de cesión, lo cual puede implicar desde desinterés hasta un profundo dolor. Los padres adoptivos, regularmente viven un diagnóstico de infertilidad, con su consecuente dolor emocional y si no viven un proceso de duelo, podrán cuidar y querer a la creatura, mas no hijarla, es decir, generar vínculos emocionales sanos con él o ella, debido a no haber renunciado al hijo biológico. También deben saber responder a las preguntas que el hijo o hija haga a diferentes edades, ya que es el personaje principal en esta triada y necesita contar con personas preparadas, -familia, docentes, profesionales de la salud- para acompañarle en la asunción de su adopción y en la búsqueda de sus orígenes, lo cual si bien es un derecho para toda persona, en su caso está sujeto a la preparación emocional de sus nuevos padres. Cada elemento de la triada tiene necesidades y derechos que la sociedad necesita conocer a través de información científica y ética que permita su visibilización como una forma válida de ser familia.