La presente tesis tiene como objetivo caracterizar la formación para el trabajo en escuelas secundarias en la localidad de Caleta Olivia (Santa Cruz), atendiendo a la fragmentación del espacio urbano. La investigación se inscribe en el campo de la sociología de la educación y los estudios de gubernamentalidad, desde donde nos preguntamos por los procesos de subjetivación, específicamente en relación con el trabajo, que se producen en y desde el dispositivo pedagógico. Prestamos especial atención a cómo dichos procesos formativos ocurren diferencialmente en sintonía con la distribución urbana de las instituciones de nivel secundario y de la oferta de orientaciones. Se llevó a cabo una metodología de base múltiple que consistió en la confección de mapas socio-educativos sobre la oferta formativa, análisis documental del Diseño Curricular de Nivel Secundario, encuestas y entrevistas en profundidad a estudiantes. Se implementaron encuestas semi-estructuradas a 487 estudiantes de seis escuelas secundarias, con distinta modalidad y emplazadas en desiguales condiciones de pobreza por NBI. También se realizaron entrevistas en profundidad a 24 estudiantes de dos escuelas secundarias, una escuela técnica y una de bachillerato, emplazadas en desiguales condiciones de pobreza urbana. Entre los resultados destacamos que la formación para el trabajo se produce diferencialmente según modalidades y emplazamiento urbano de las instituciones educativas. En escuelas técnicas observamos que los motivos de asistencia que enuncian los y las estudiantes refieren al prestigio, el interés en la orientación y la relación con el trabajo. Ellos y ellas resaltan que allí se transmiten ciertos saberes y disposiciones que se demandan en el mercado de trabajo (trabajo en grupo, uso de tecnologías, aprender a aprender, disciplina, actitud proactiva, acostumbramiento a la intensificación del trabajo). En sintonía con ello, producen significados sobre el trabajo que lo vinculan con nociones de esfuerzo, sacrificio, crecimiento personal y autonomía. A su vez, en los horizontes laborales, la actividad de trabajar es afirmada con seguridad así como la realización de actividades estrechamente vinculadas con la orientación escolar. En cambio, para quienes concurren a bachilleratos, y principalmente emplazados en zonas con NBI Alto, los motivos principales refieren a la accesibilidad urbana hacia la institución. Los y las estudiantes realizan críticas sobre la “normalidad” que implica tener como única opción una orientación que no se vincula con el trabajo o con sus intereses para la continuidad de estudios superiores. Para éstos, la utilidad laboral de los saberes escolares no tiene considerable peso, y valoran la multiplicidad de saberes que aprenden en la escuela secundaria en tanto constituyen fortalezas para afrontar lo que “van a vivir el día de mañana”. Los sentidos sobre las relaciones sociales en la escuela refieren al compañerismo y solidaridad entre estudiantes, docentes, directivos, así como son recurrentes enunciados en que el trabajo se asocia con ayudar a otras personas. En sus horizontes laborales, la actividad de trabajar es puesta en suspenso y tratada con prudencia, así como implica saberes que no se vinculan con la orientación de la escuela y afirman que buscan otros espacios formativos para aprender saberes para el trabajo. Por último, también hallamos perspectivas similares entre los y las estudiantes de ambas escuelas. La mayoría valora positivamente la enseñanza de saberes en la escuela secundaria a su vez que expresan críticas hacia actividades de repetición, memorización, a investigar sin que haya enseñanza y, ante ello, demandan que les enseñen a pensar. Al referirse al escenario socio-laboral local, describen críticamente las condiciones de precariedad e incertidumbre, así como sus enunciados se alejan de los discursos acerca de la “generación ni-ni” (Feijóo, 2015) o cualquiera de los supuestos sobre la falta de voluntad, esfuerzo o cultura del trabajo en los y las jóvenes. En las perspectivas futuras expresan la voluntad de seguir estudiando casi de manera indiscutida. Finalmente, para la mayoría la escuela secundaria tiene sentido porque, además de ser un lugar en el que aprenden y/o demandan saberes útiles, allí pueden “acomodar un montón de ideas en sus vidas”, “contestar si ven una injusticia”, “ver su futuro reflejado”, “ser mejor persona”, “ser alguien”, “ser feliz”.