“…Una vez más, una única dimensión, entre tantas posibles: las expectativas de futuro en los imperios ibéricos, donde siempre existieron como elaboraciones colectivas, orientando valores y comportamientos sociales. En el caso portugués, la tradición sebastianista del siglo XVI aporta elementos importantes para la comprensión de las elaboraciones sofisticadas, y fuertemente políticas, de Antonio Vieira, en el siglo XVII (Lima 2004;Lima 2010). Unos cien años después, un futuro pensado de modo providencialista, como plan divino y ligado a una fortuna positiva, no está del todo ausente en los proyectos políticos de los reformismos imperiales ibéricos; sin embargo, este futuro se empobrece al cederle paso a concepciones racionalistas de pasado y de futuro, donde las visiones de la historia subvencionan las expectativas de un futuro que será conquistado a través de instrumentos tales como la razón, el poder real, la cohesión imperial y la eficiencia en la competencia internacional.…”