“…Por ende, los árbitros de fútbol (AF), evidentemente, son una pieza fundamental en el correcto desempeño de la competición, lo cual ha propiciado el interés de la comunidad científica en las últimas décadas (Mellalieu et al, 2006;Muñoz-Arjona & Castillo-Rodríguez, 2020). Además, en los últimos años, ha aumentado sustancialmente la exigencia física en competición, lo que requiere un mayor nivel condicional de los jugadores para poder competir en el alto nivel (Bradley et al, 2016) y, por tanto, también de los AF como parte del juego (Medina-Cantalejo, 2017), es decir, el aspecto físico y la composición corporal (Ade et al, 2016), el cuidado alimentario (Jenner et al, 2019;Montesano et al, 2019), el entrenamiento regulado y personalizado (De Campos et al, 2013;Randers et al, 2010) o el control de las variables psicológicas (Jones, 1995;Kais & Raudsepp, 2005;Montesano et al, 2019;Muñoz-Arjona & Castillo-Rodríguez 2020), entre otros. Estos condicionantes influyen de manera diferente en la toma de decisiones de los AF durante la competición; el control emocional es uno de los más relevantes (Weinberg & Richardson, 1990).…”