El objetivo de este artículo es identificar los factores que impulsan las decisiones de los directivos en materia de información en un entorno caracterizado por la concentración de la propiedad y la escasa aplicación de la ley. Investigaciones anteriores indican que el tono de la carta a los accionistas está correlacionado con los resultados. Sin embargo, el tono puede estar sesgado hacia lo positivo cuando una empresa es muy sensible a los incentivos del mercado de valores o está controlada por inversores mayoritarios. El sesgo puede reducirse gracias a las actividades de supervisión de los inversores institucionales en las empresas de capital cerrado. El estudio tiene dos implicaciones importantes. En primer lugar, cuando los directivos sesgan el texto, pierden la capacidad de comunicar noticias positivas sobre su empresa. En el marco de las expectativas racionales, los inversores pueden detectar el sesgo basándose en los incentivos situacionales conocidos y desestimar la información sesgada. En segundo lugar, los resultados sugieren que los directivos manipulan el tono estratégicamente, y no de forma inconsciente, para satisfacer las necesidades de los principales grupos de accionistas.
This paper aims to identify the drivers of management reporting choices in a setting characterized by ownership concentration and weak enforcement. Previous research indicates, that tone of the letter to shareholders is correlated with performance. However, tone can be biased towards the positive when a company is highly responsive to stock market incentives or controlled by majority investors. Bias can be reduced by the monitoring activities of institutional investors in closely held companies. There are two major implications of the study. First, when managers bias the text, they lose the ability to communicate positive news about their company. Under rational expectations investors can detect bias based on known situational incentives and disregard the biased information. Second, the results suggest that managers manipulate tone strategically, rather than unconsciously, to satisfy the needs of key shareholder groups.