“…El mainstream de la teoría de la argumentación no ha producido conocimiento sobre lo que ocurre con la competencia argumentativa del adulto mayor. Sí la hay respecto de otros grupos etarios: niños pequeños, jóvenes universitarios y adultos (van Eemeren, Garssen & Meuffels, 2009;Hample & Anagondahalli, 2015;Mercier, 2016;Migdalek, Santibáñez & Rosemberg, 2014;Santibáñez, 2014;Shär, 2011Shär, , 2017. Los estudios de diferentes comunidades de hablantes según un criterio de edad -criterio que es una de las formas para situar el problema del desarrollo y manifestación de facultades cognitivas-, debieran ser capaces de despejar: 1) qué grado de complejidad tiene la práctica argumentativa del adulto mayor (por ejemplo, cuántas razones se esgrimen en un punto de vista, qué tipos de esquemas argumentativos son utilizados, cuán relevantes o suficientes son las razones para apoyar el punto de vista ); 2) qué función le da a esta posibilidad lingüística el adulto mayor y qué actitudes comunicativas, teóricamente entendidas como marcos argumentativos, están asociadas en el momento en que manifiesta un acto de habla argumentativo (cierta tendencia a la cooperación, o a la agresividad verbal, por ejemplo).…”