En este artículo estudio la morfología botánica desde la perspectiva de los wichís del Gran Chaco. Además, estudio aquí el léxico de las partes de las plantas desde un marco etnobiológico con fines más amplios, vinculados al entendimiento de los procesos y las motivaciones que están detrás de las clasificaciones vernáculas de la naturaleza. Así pues, intento responder a las siguientes preguntas: ¿cómo describen, entienden y nombran los wichís las partes de las plantas?, ¿cómo es el proceso de asignación de nombres? ¿son criterios morfológicos, funcionales y/o posicionales los que subyacen a lo anterior? En base a datos primarios, describo y analizo 38 términos de partes vegetales, identificando homonimias, partes distintivas de las plantas, criterios y conceptos subyacentes en la partonimia y nomenclatura. Como conclusiones encuentro que: a) no existe un término vernáculo para la categoría “planta”, aunque lhile podría estar adquiriendo esa nueva acepción; b) para especies con gran relevancia cultural existen términos específicos y sufijos para derivar el nombre de los frutos, por lo que el análisis terminológico resulta una vía útil para identificar especies y recursos de importancia local; c) hay una idea de repetición o reiteración en la estructura general de una planta que se refleja en la forma de nombrar a ciertas partes; d) hay criterios morfológicos, funcionales, posicionales y simbólicos detrás de la asignación de nombres de partes; y e) la nomenclatura de las partes de las plantas puede reflejar la pérdida de saberes y/o prácticas sobre especies silvestres.