“…47 Anteriormente era necesario confirmar el resultado positivo de un EIA con una prueba de inmunoblot recombinante (RIBA, por la sigla en inglés de recombinant immunoblot assay), lo que no se requiere hoy en día porque los EIA de tercera generación tienen muy buenas sensibilidad (97%) 1 y especificidad (99%); 46 por ello las pruebas RIBA se reservan para descartar falsos positivos en pacientes con EIA positivos en quienes no existan factores de riesgo ni signos de hepatopatía. 7 El paso que se debe seguir luego de un resultado positivo en el EIA es definir si existe una infección actual, para lo cual se usa la detección del genoma viral; un resultado negativo indica que no existe ARN viral circulante y que la infección, probablemente, está resuelta; para poder diagnosticar con certeza dicha resolución se debe obtener una segunda prueba negativa seis meses después; esto es necesario porque cuando la infección se vuelve crónica puede haber desaparición transitoria del ARN viral durante varias semanas; 24 además, durante el curso de la infección crónica, o sea, aquella en la que persiste el ARN viral por más de seis meses, 44 es posible que este se detecte sólo de manera intermitente. Si, por el contrario, la prueba es positiva indica que existe ARN viral circulante y que el paciente está infectado; para diferenciar entre la infección aguda y la crónica es necesario recurrir a la historia clínica; 46 sin embargo, hay que recordar que el episodio de infección aguda por VHC es asintomático en la mayoría de los casos, por lo que esto no resulta sencillo.…”