El sindicalismo argentino afronta hoy cambios económicos, políticos y sociales inéditos que afectan su estructura y estrategias de acción. 1 Pese a su debilidad actual, reflejada en la pérdida de afiliados y de recursos económicos, los sindicatos siguen constituyendo un paradigma para las organizaciones sociales argentinas. Esto se vincula con la integración temprana de los asalariados urbanos al mercado de trabajo, paralela al desarrollo de éste como una verdadera institución social; a través del salario se articularon diversos servicios de protección y garantías para los trabajadores y sus familias. La crisis contemporánea del mercado laboral implicó la desarticulación del salario y, con ello, la emergencia casi explosiva de necesidades sociales que no sólo son difícilmente satisfechas, sino que ponen en relieve la carencia de instituciones alternativas a las vinculadas con el salario.