“…En política las apariencias importan (Blakeley, 2016) y el elector del siglo XXI no sólo quiere sentirse escuchado, sino también comprendido. Se entiende así que la apuesta por la comunicación 2.0 y, más concretamente, por el ecosistema de aplicaciones móviles (en adelante, apps) en el plano gubernativo, vaya en aumento (Monteserín-Leiva, 2014;Gómez-García et al, 2019;Navarro-Sierra y Quevedo-Redondo, 2020), pese a que -en ocasiones-los creadores de esta clase de propuestas sólo ansían contar con presencia en Red y descuidan lo fundamental: el contenido (Quevedo-Redondo et al, 2021). Dentro de comunidades autónomas como la que ocupa la presente investigación, habitualmente la comunicación política e institucional focaliza el grueso de los esfuerzos en forjar una conexión con los votantes de mayor edad a través de la concesión de entrevistas, ruedas de prensa o comunicados dirigidos a soportes y medios tradicionales (prensa, radio y televisión), no obstante, estudios recientes prueban que cada vez son más los municipios castellanos y leoneses con apps ligadas a sus ayuntamientos (Suárez-Álvarez, 2021) y que, en consecuencia, convierten las aplicaciones en la "cara visible de buenas o malas estrategias de modernización e innovación en las instituciones" (De la Hera Conde-Pumpido, 2009:1), en ocasiones conectadas con la idea de las ciudades inteligentes en España (Barceló-Ugarte, 2017).…”