“…El desacuerdo sobre cuál es la mejor justificación, en el primer caso, o sobre cuál de las políticas suficientemente justas ejemplifica la justicia perfecta, en el segundo caso, persistirá. Sostener que la razón pública es completa (i.e., que los materiales que contiene -(A2), (A3) y (A4), en nuestra terminología-son suficientes para determinar en todos los casos qué política pública está justificada -Quinn 1995, Reidy 2000, Greenawalt 1988, Gaus 1996, Schwartzmann 2004, Williams 2000 no implica comprometerse con la eliminación del desacuerdo. Por el contrario, el punto central es saber cuándo nuestras leyes y medidas públicas están justificadas inclusive frente al desacuerdo persistente que pueden mostrar algunos de los ciudadanos razonables sobre lo que la justicia perfecta requiere.…”