“…Pero también otros cuya ética es más dudosa, por ejemplo: deducir la orientación sexual de una persona a través del reconocimiento facial (Wang y Kosinski, 2018), detectar enfermedades genéticas a partir del rostro de un paciente (Gurovich, Hanani, Bar, et al, 2019), inferir el grado de criminalidad de una persona por su rostro (Wu y Zhang, 2016), predecir en qué zonas se producirán más crímenes, calcular la probabilidad de que un preso llegue a ser reincidente o de que un denunciante esté mintiendo en su declaración, etc. (Suresh y Guttag, 2019;Kleinberg, Ludwig, Mullainathan y Sunstein, 2019;Ricaurte, 2019;Tayebi y Glasser, 2016;Hardyns y Rummens, 2017;Cui, 2016;Skeem y Lowenkamp, 2016;Fass, Heilbrun, DeMatteo y Fretz, 2008;Babuta, 2018).…”