“…A partir de la revisión empírica realizada se ha corroborado que su instrucción formal mejora la legibilidad, la fluidez, la longitud y la calidad global de los textos (Santangelo & Graham, 2016). En concreto, seis prácticas instruccionales en caligrafía han corroborado su eficacia (ver Tabla 2) siendo muchas de ellas utilizadas en la literatura reciente (Graham, Harris, & Adkins, 2018;Limpo, Parente, & Alves, 2018;Wolf, Abbott, & Berninger, 2017) La primera es el modelado, donde el instructor escribe las letras frente a la clase para que el alumnado observe el orden y dirección del trazo. En Educación Infantil y los primeros cursos de primaria es efectivo combinado con instrucciones verbales, mientras que a partir de 3º de primaria la mera observación mejora la legibilidad y fluidez (Graham & Weintraub, 1996;Hoy et al, 2011).…”