“…Así, un punto de vista materialista insiste en la premisa que los rapports sociaux de sexo, de raza y de clase tienen en común el combinar mecanismos de explotación, dominación y opresión (Dunezat, 2004;Kergoat, 2012). Por eso, el feminismo materialista rechaza los enfoques que desmaterializan el sexo y la raza (Galerand, 2015), es decir que reservan y asimilan la explotación a los únicos rapports sociaux de clase, dejando pensar que sexo y raza podrían existir sin razón material (Delphy, 2001(Delphy, , 2015. En este sentido, cada grupo generado por los rapports sociaux es una forma de clase, lo que desembocó en la literatura feminista sobre la terminología de las «clases de sexo» (Juteau y Laurin, 1988) o de las «fracciones de clase» (Galerand, 2015).…”