“…En el primer caso, aunque la investigación acumulada es aún más bien escasa, se está explorando la utilidad predictiva incremental de factores de influencia social como la norma descriptiva y la percepción de similaridad al prototipo de persona que desarrolla la conducta objeto de estudio (Rivis y Sheeran, 2003a,b;Rivis, Sheeran, y Armitage, 2006;Wilkinson y Abraham, 2004), la percepción de la conducta en términos morales (Godin, Conner, y Sheeran, 2005;McMillan, Higgins y Conner, 2005), o la anticipación de potenciales consecuencias emocionales negativas asociadas a un particular curso de acción (Conner, Sandberg, McMillan y Higgins, 2006). De estas variables, probablemente la de mayor significación para el estudio de la conducta adolescente sea la percepción de la conducta de los iguales y la percepción del grado en que uno se siente similar a la imagen prototípica de quien realiza la conducta, teniendo en cuenta el papel que en esta edad, en la que el individuo está conformando su identidad personal (Erikson, 1968), juegan estos factores de modelado e imitación social (Aloise-Young y Aloise-Young, Hennigan, y Graham, 1996;Barton, Chassin y Presson, 1982;Chassin, Presson, Sherman, Corty y Olshavsky, 1981).…”