La lucha de las mujeres por ingresar al mercado laboral ha tenido efectos positivos en sus vidas, pues les ha permitido, en algunos casos, mejorar su estatus social, respecto a sus roles productivo y reproductivo. Sin embargo, este mercado también ha obstaculizado el escalonamiento femenino, ya que ha limitado el acceso de las mujeres a cargos directivos, estratégicos o de decisión, como si hubiese una barrera invisible conocida como efecto techo de cristal. Este artículo de revisión se acerca a tal efecto desde su conceptualización, la teoría que lo sustenta, su aplicación empírica y las políticas públicas, para así comprender las dinámicas propias de la discriminación laboral por género en algunos países de Iberoamérica. Los principales hallazgos sugieren que la discriminación ocupacional y salarial hacia las mujeres es causada por prejuicios sociales determinados por la división sexual del trabajo, puesto que el nivel educativo y la experiencia laboral no son las que causan el estancamiento de las mujeres, lo que indica que los mercados están funcionando sin equidad.