“…Sin embargo, este estado en el que parece encontrarse la formación del profesorado, desde la mirada de los agentes participantes, no ha de impedir el reconocimiento de otras formas de hacer, de practicar y de gestionar dicha formación, y para ello es preciso "traspasar fronteras"(boundaryspanning) (Zeichner, 2010a), es decir, la búsqueda de una alternativa requiere traspasar las fronteras que separan la teoría de la práctica, las escuelas de las universidades y estas de las comunidades a las que pertenecen (Leonard et al, 2021); supone superar las fronteras que delimitan y diferencian los campos disciplinares que fragmentan el conocimiento; implica anteponer la colaboración y la cooperación al individualismo, y convertir las relaciones jerárquicas de poder en cogobernaza; significa pasar de un pensamiento acrítico sometido a los estándares institucionalizados a otro reflexivo y crítico sostenido en prácticas fundamentadas en la investigación. Traspasar las fronteras define, por tanto, un tercer espacio (Hackett et al, 2021) en el que se producen esos cambios, y en el que entran en juego dimensiones y estrategias que contribuyen a hacer de la formación del profesorado una formación orientada a la justicia social, con conciencia crítica, con optimismo pedagógico y con la convicción de que acciones concretas pueden generar cambios significativos a futuro. Como señala Torres (2017), el profesorado tiene que ser "un colectivo de intelectuales públicos y profesionales críticos y responsables" (p. 20) para el alcance de la equidad y de la justicia social, que sea capaz de promover aprendizajes que permitan al alumnado desarrollar criterios propios, tomar decisiones con juicio práctico, y construir conocimientos científicos y sociales desde una mirada crítica y reflexiva; un profesorado que haga del currículum una oportunidad para la transformación y emancipación del alumnado -y de la ciudadanía-sin epistemicidios (Santos, 2009(Santos, , 2010(Santos, , 2019 y que rompa las reglas del academicismo disciplinar, en definitiva, un "currículum crítico" (Paraskeva, 2011).…”