“…Pues no sólo afecta a los sujetos, sino que la ontología del devenir presenta una realidad inacabada, indeterminada y abierta (Coleman y Ringrose, 2013), que tiene en cuenta más que los hechos, los procesos, las fuerzas y movimientos que afectan y fuerzan modos de pensar y ser otro. Así, el devenir fomenta un tipo de encuentros pedagógicos que más que mirar en lo que ha sucedido, mira y busca hacia las potencialidades, hacia lo que está por suceder(nos) (Lara, 2015;Carlin y Wallin, 2014). Pone la atención en las relaciones que se están dando y también en aquellas que pueden darse, teniendo en cuenta las fuerzas y activaciones que se dan en ese espacio relacional donde sujetos, materiales, espacios, tiempos, discursos y otros planos de realidad están afectando y siendo afectados por el resto.…”