“…Una colectividad con una voluntad única que él encarna" (Rivero 2020, p. 116), en la que se acentúa la idea de un enemigo común, clásica de los actuales populismos 13 de extrema derecha (Rivero, 2018(Rivero, , 2019 y 2020) y que, para el caso que nos ocupa, es el invasor musulmán. Orbán ha visto aquí un filón inagotable de electoralismo dada la actual crisis migratoria que tiene lugar en Europa debido, principalmente, a las peticiones de asilo político resultado de la Guerra Civil Siria, un Estado de mayoría musulmana (Bíró-Nagy, 2022;Stivas, 2021). Al igual que en estados vecinos, la criminalización del «Otro» obtiene resultado en coyunturas de crisis económica, y resulta una dinámica ascendente en parte del continente, como ha podido verse en Polonia, Reino Unido, Austria, Países Bajos, Francia, Italia o España, donde parte de sus poblaciones han asumido estos discursos y consideran la necesidad de preservar «valores occidentales» en forma de cierre de fronteras, de fundamentalismo religioso y de incumplimiento del Derecho Internacional.…”