“…El gobierno ha ido desarrollando una estrategia de hegemonía comunicacional, que ha llevado al uso indiscriminado de transmisiones forzadas por televisión (cadenas, véase Cañizález, 2016) y a la creación de cientos de nuevos medios comunicacionales en manos del gobierno, alterando definitivamente el balance entre los medios privados independientes, y los públicos o privados con afinidad al gobierno. Esta estrategia de hegemonía comunicacional se ha extendido a la prensa escrita (incluyendo la creación de varios periódicos oficiales de amplia distribución); y un número cada vez mayor de canales de televisión y estaciones de radio, incluyendo algunas denominadas comunitarias que son supuestamente independientes pero que, con frecuencia, terminan siguiendo las pautas establecidas por el gobierno (Corrales, 2015). De igual modo, el Poder Judicial ha sido progresivamente sometido al gobierno, desde el Tribunal Supremo hasta los tribunales de instancia (Brewer Carias, 2015;Sánchez Urribarri, 2011), lo cual en los últimos años ha empeorado, en la medida que los procesos judiciales son utilizados como mecanismo de control y represión (Canova González y otros, 2015;Freedom House, 2016;Sánchez Urribarri, 2016).…”