“…(Mill, 1991, p. 46) Debido a este principio, el enfoque utilitarista no concede importancia intrínseca a los derechos y libertades, que solo son valorados indirectamente y en proporción a su influencia en las utilidades (Sen, 2000, cap. 3). Bentham (2002) defiende explícitamente esta posición en su texto "Nonsense upon Stilts" 14 , donde -haciéndose parte de una ola de intelectuales europeos críticos a los derechos humanos, como Savigny o Marx (Cruz, 2006)-argumenta que los preceptos naturales carecen de todo fundamento ontológico, salvo en la medida en que reflejan deseos personales de quienes los propagan. La idea de que existan derechos naturales e imprescriptibles sería para él un disparate retórico; sin el apoyo de leyes reales (proclamadas y defendidas por el Estado), de un derecho sustantivo, no serían más que quejidos impresos.…”