“…Ante esta situación, se hace patente que la vía para reducir las creencias pseudocientíficas debería encaminarse directamente hacia la crítica a la pseudociencia, la cual, además, puede aprovecharse también para comprender mejor la ciencia y su naturaleza (Good, 2012). Para ello la argumentación y la discusión entre compañeros se han mostrado como herra mientas eficaces (Çetinkaya, Turgut y Duru, 2015;Tsai, Lin, Shih y Wu, 2015;Yu y Yore, 2013). Finalmente, es también necesario recordar que el papel de la mujer en la ciencia sigue estando poco valorado, que los estereotipos de género comienzan a aparecer a edades tempranas y que, según mostró el proyecto internacional ROSE (Relevance of Science Education), las chicas tienen una actitud menos positiva que los chicos respecto a la ciencia escolar (Bian, Leslie y Cimpian, 2017;Sjøberg y Schreiner, 2010;Vázquez y Manassero, 2009).…”