“…En 2005, España registraba un 11,5% de informadores empleados por cuenta propia, mientras que en 2020 la proporción de periodistas autónomos se situaba en el 31% (Asociación de la Prensa de Madrid, 2005; Asociación de la Prensa de Madrid, 2020 (Gómez Patiño, 2018), una evolución que ha resultado similar en otros países. Muestra de ello es que, en los Países Bajos, el periodismo freelance "es, cada vez más, la norma" (Vandenberghe y d'Haenens, 2021); en el Reino Unido, un 35% de los periodistas se autodenomina como freelance (Spilsbury 2016;Hayes and Silke 2018); y en Canadá, la cifra ha crecido desde el 5% en 1996 hasta el 17% en 2019 (Wilkinson, 2019;Bertuzzi, 2020). Ante esta situación, la literatura científica ha intentado desgranar los elementos que dan forma a esta modalidad de empleo, resolviendo que se caracteriza, principalmente, por una tensión entre autonomía y precariedad (Cohen, 2012;Mathisen, 2017;Das, 2007;Gollmitzer, 2018, p. 12).…”