“…Si bien el modelo posee una larga tradición de empleo en el estudio de interacciones, además de caracterizar óptimamente los flujos parcialmente homogéneos, tales como migración interurbana o interregional, el modelo posee una baja robustez en cuanto respaldo teórico, incluso llegando a ser una de sus mayores debilidades, al tratarse de un modelo fijo que no toma en cuenta la temporalidad y transformación de la magnitud y dirección de los flujos (Duffus, Alfa, & Soliman, 1987;Pumain & Saint-Julien, 2001;Simini et al, 2012).…”