“…En cambio, la experiencia que los profesores tienen con la conducta de los niños es mucho más restringida en el tiempo, aunque la pueden contrastar con un número mucho mayor y variado de comportamientos de otros niños de edad similar (De los Reyes, Henry, Tolan y Wakschlag, 2009;Drabick, Gadow y Lonely, 2008;Guion, Mrug y Windle, 2009;Hartley et al, 2011). En tercer lugar, las discrepancias entre padres y profesores suelen ser más acusadas en relación a los síntomas internalizantes y menores con los síntomas externalizantes (Berg-Nielsen, Solheim, Belsky y Wichstrom, 2011; Ferdinand, Hoogerheide, Van der Ende, Heigmens, Visser, Koot, Kasius et al, 2003). Las diferentes manifestaciones en estos síntomas podría estar mediatizada por la naturaleza de los contextos en los que se evalúan, así como por los diferentes grados de saliencia e importancia concedida por unos y otros evaluadores (ver Collishaw, Goodman, Ford, Rabe-Hesketh y Pickles, 2009 para una revisión).…”