“…En adultos, generalmente es secundario a tumores (1,3) y traumatismo torácico o cervical, y menos frecuentemente a infección (TBC, filiariasis), peritoneodiálisis, radioterapia, cirrosis o lupus eritematoso sistémico (5) . Específicamente el quilotórax postoperatorio es una complicación poco común de la cirugía torácica, con una prevalencia menor al 1%, pero muy significativa, con una mortalidad que ha disminuido de hasta un 50% (6) a menos del 10% (7) , y morbilidad caracterizada principalmente por deficiencias nutricionales por pérdida de electrolitos, vitaminas liposolubles y proteínas, deshidratación y trastornos de la inmunidad (8) . Sus complicaciones obligan a realizar un diagnóstico precoz y certero de la causa y el sitio de la obstrucción o ruptura, que permita escoger la mejor estrategia terapéutica, considerando que la anatomía linfática es altamente variable de un individuo a otro (8,9) .…”