Consideramos que, a la hora de analizar cómo producen nuestros alumnos sus textos académicos, hay que tener en cuenta el contexto lingüístico, cultural y tecnológico que los rodea, así como la forma que tienen de interactuar. Atendiendo a este contexto, podremos darnos cuenta de que lo que les pedimos no solo es un esfuerzo lingüístico enorme para ellos, sino que, además, está alejado completamente de su realidad comunicativa. En este trabajo tratamos el contexto lingüístico personal de nuestro alumnado, introduciendo de esta manera una nueva perspectiva a la hora de acercarnos a los problemas que tienen los estudiantes universitarios para redactar escritos académicos. Siendo conscientes de que no han contado con la preparación adecuada, ofrecemos algunas pautas que, desde el punto de vista pragmático, pueden servir para hacer menos patentes esas carencias, pues solo con la práctica detenida de las distintas destrezas que se exigen para redactar este tipo de escritos podrían obtener los resultados deseados