“…-Los antecedentes de trastorno mental previo o actual con repercusión funcional de diverso grado (como la esquizofrenia, el trastorno obsesivo compulsivo o el trastorno bipolar), pueden ser compatibles con la actividad profesional (Mingote y col, 2007-2011) (21)(22)(23)(24) , dependiendo de la evolución y del tratamiento con psicofármacos (aunque el consumo de ansiolíticos o antidepresivos, en sí mismo, no es criterio de gravedad). Cuando la afectación de la funcionalidad repercute en la actividad laboral (dificultad para solventar problemas, reacciones emocionales inadecuadas en los enfrentamientos, o bien por una dificultad importante o incapacidad para la toma de decisiones) se revisará la aptitud laboral.…”