“…Algunas estrategias metodológicas activas, como el estudio de casos, los aprendizajes cooperativos y el aprendizaje basado en proyecto [5,6], han demostrado un impacto positivo sobre el proceso de enseñanza-aprendizaje, provocando la estimulación del pensamiento creativo e innovador que facilita el aprendizaje profundo en el estudiante, la autorregulación del propio aprendizaje [7] y la conexión con su rol profesional. En este sentido, el aprendizaje basado en problemas (ABP) es una metodología activa que, entre sus ventajas, fomenta habilidades de indagación y fundamentación durante la entrega de soluciones, producto del resultado final del proceso [7][8][9][10], es una técnica pedagógica de fácil ejecución, no necesita un tiempo excesivo para trabajar en clase y requiere sólo un docente facilitador, por lo que estas características permiten que constituya una excelente alternativa para que los estudiantes adquieran habilidades de búsqueda de información sin requerir un gran esfuerzo del docente [11,12].…”