“…Por ello, concebimos las políticas públicas educativas como procesos políticos e ideológicos no neutrales que pueden ser leídos como textos culturales, como mecanismos de clasificación y construcción de sujetos -maestros, indígenas, estudiantes, migrantes, etcétera-, como narrativas del presente que muestran paradigmas innovadores, y como un proceso complejo y multisituado. Para ello, es preciso resaltar que nos apartamos de la idea de política pública neutra, objetiva, generalizable, anónima e impersonal, de la idea de la objetivación y universalización de la toma de decisiones que esconde su carácter subjetivo e ideológico, así como de la idea de las políticas públicas como producto de un proceso lineal (Shore y Wright, 1997;Wedel y Feldman, 2005).…”