“…Adicionalmente, el uso de estiércoles como fuente de nutrientes mantiene la dinámica del suelo, favorece el desarrollo vegetal y la vida macro y microbiana, mejora la estructura del suelo y el desarrollo de raíces (Khandaker et al, 2017;López et al, 2012); además, aportan nutrientes como N, P, K, Ca y Mg, que son liberados lentamente y están disponibles para las plantas por mayor tiempo; también contienen materia orgánica, lo que promueve tanto la nutrición de las plantas como el reciclaje de nutrientes en el suelo. Debido a que la liberación de los nutrientes es gradual, éstos pueden ser mejor aprovechados por los cultivos (Chami et al, 2013;Okazaki et al, 2010;Zeidan, 2007); por lo tanto, al aplicar fertilizantes químicos en combinación con abonos orgánicos es posible obtener mayores rendimientos, lo que genera mayores ingresos y márgenes económicos para los productores (Bindra et al, 2014;Rodríguez et al, 2010).…”