“…En cuanto a los resultados obtenidos en el grupo 3, no se encontraron diferencias significativas tras la intervención, pudiendo deberse por un lado, a que los alumnos partían de una actitud positiva hacia la inclusión de compañeros con discapacidad, coincidiendo con los resultados de otros autores (Georgiadi, Kalyva, Kourkoutas, y Tsakiris, 2012;Kalyva y Agaliotis, 2013), siendo una posible explicación que los alumnos que asisten a una escuela inclusiva no ven a sus compañeros con discapacidad de manera diferente (Archie y Sherrill, 1989;Tripp et al, 1995); y por otro lado, al contacto directo y continuado con sus compañeros con discapacidad, coincidiendo con los resultados obtenidos por otros autores (Archie y Sherrill, 1989;Hastings y Graham, 1995;Kalymon, Gettinger, y Hanley-Maxwell, 2010;Kalyva y Agaliotis, 2013;Özer et al, 2012;Sherrill et al, 1994;Slininger et al, 2000;Suriá, 2011).…”