La sociedad y la cultura andina contemporánea: estudio de los saberes para la salud y la enfermedad en los pueblos originarios del norte Indias, 2011, vol. LXXI, núm. 252 Págs. 571-600, ISSN: 0034-8341 doi:10.3989/revindias.2011 INTRODUCCIÓN Nuestro interés por el estudio de las prácticas médicas en la población de origen indígena en la región de Tarapacá partió de un hecho al cual nos enfrentamos en diciembre de 2004. Se trató de un caso problemático para el servicio de siquiatría del Hospital E. Torres G. de Iquique. Los diagnósticos elaborados para explicar y o comprender la enfermedad de un joven de 18 años (S.), residente en Pozo Almonte, pequeña ciudad del desierto tarapaqueño, y con padres provenientes de las comunidades de la zona altiplánica, diferían notablemente entre la familia y los equipos de salud. Los padres y abuelos argumentaron que estaba agarrado por Seren T'alla, entidad demoníaca (supay) a la cual se le pide el don de la armonía musical y cuya morada es una vertiente. Es frecuente que las personas de estas comunidades consideren que la biomedicina 1 no tiene eficacia para sanar esta enfermedad, que en lengua aymara se nombra katjata, ¿Por qué, entonces, decidieron concurrir a la posta local, a la clínica privada y al hospital en busca de sanidad? De manera alternativa, acudieron a la medicina indígena. Después de varias semanas sin mejoría, la familia tomó la decisión de llevarlo a casa para compartir sus últimos días. A fines de enero de 2005, S. muere. La única interpretación que tuvimos de este acontecimiento fue que ninguno de los sistemas médicos, en los cuales confió esta familia, pudo salvar la vida de S., recién graduado de enseñanza media.El caso planteó y plantea un desafío a las ciencias sociales, a las ciencias de la salud y obviamente, a los planificadores en salud pública. Una de las interrogantes que formulamos fue ¿cómo se articulan modelos médicos tan diferentes como son el biomédico y el basado en la religiosidad andina? El proceso de investigación, con enfoque cualitativo, nos llevó a indagar sobre los fundamentos ontológicos y epistémicos del proceso salud-enfermedad-atención de las personas que se adscriben a los pueblos originarios. Adelantamos aquí avances acerca de los saberes y representaciones del funcionamiento del cuerpo y de las prácticas médicas, en un contexto de gran heterogeneidad cultural y en un momento en el que los mismos parecen ser reemplazados -o al menos resignificados-por la biología. Nos pareció importante definir un marco también llamada medicina occidental, científica, alopática, cosmopolita o etnomedicina fisiológicamente orientada. Designa al sistema médico desarrollado en Occidente desde la Ilustración y que se caracteriza por asumir la distinción cartesiana entre cuerpo y mente y por su comprensión de las enfermedades en tanto que entidades definidas producidas por causas únicas. Ver Modelo Médico Hegemónico».