Este artículo analiza los Destacamentos Especiales que el Servicio de Información y Policía Militar (SIPM), la agencia de inteligencia militar franquista, instauró a lo largo del primer tercio de 1939. Su función era gestionar desde el ámbito policial y represivo las ocupaciones de las últimas grandes ciudades republicanas. Surgieron por la praxis bélica durante el proceso de control de esos espacios urbanos modernos, los cuales significaron un experimento inédito para las tropas invasoras. En primer lugar, se encargaron de reestablecer las redes de las distintas organizaciones clandestinas de simpatizantes que les esperaban emboscados en su interior. Es decir, de reorganizar la Quinta Columna, cuyo personal era el único tácitamente depurado al haber colaborado con los servicios de información rebeldes durante los meses, cuando no años, anteriores. En segundo lugar, desplegaron las incipientes tareas policiales desde la inmediata ocupación hasta el asentamiento de la administración dictatorial en esas plazas. La presente investigación se apoya empírica y mayoritariamente en la documentación generada por el propio SIPM, hoy custodiada en el Archivo General Militar de Ávila. A ella se suman otros legajos de distintos centros documentales. Los mismos permiten afirmar que esos Destacamentos Especiales fueron la primera policía política franquista de Barcelona, Madrid, Valencia y Cartagena. También que su presencia derivó en numerosos conflictos internos por la gestión y el control del orden público urbano con otras tantas instituciones creadas o encargadas al efecto. Y, por último, que su existencia difumina, aún más si cabe, el límite entre la guerra y la posguerra.
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