El artículo presenta una síntesis de una anomalía cognitiva denominada comúnmente como “sesgo de statu quo” y muestra cómo esta puede influir en la toma de decisiones individuales y por tanto, en la efectividad de las políticas públicas en algunos contextos relevantes, entre ellos: (i) los malos hábitos alimenticios de las personas; y (ii) el problema de la calidad del ahorro para pensiones de jubilación. Además, el artículo sugiere algunas estrategias (nudges) acerca de cómo la prevalencia del “sesgo de statu quo” podría servir a los diseñadores de políticas como una herramienta para el mejor diseño y la efectividad de las políticas en los mismos contextos mencionados. El artículo finaliza con una breve reflexión acerca de la ética y el uso de nudges por parte de los mencionados diseñadores.
Las “reglas u opciones predeterminadas” son estructuras ubicuas en múltiples áreas del derecho. Aunque este tipo de reglas se han estudiado en el derecho de los contratos, más allá de este ámbito no han suscitado mayor interés en la doctrina jurídica de tradición civilista. Si bien esta doctrina ha sostenido reiteradamente que las reglas predeterminadas preservan per se un continuum en la libertad de decisión de sus destinatarios, este artículo refuta esta tesis y argumenta que estas reglas producen una profunda pero inadvertida afectación a la autonomía individual y la libertad de decisión individual. En esta perspectiva, el artículo reflexiona en torno a por qué en algunas áreas del derecho ciertos contenidos de las reglas predeterminadas pueden calificarse como éticamente inadmisibles. El artículo además sugiere algunos criterios preliminares para determinar “cómo” debiera diseñarse el contenido de las reglas predeterminadas.
scite is a Brooklyn-based organization that helps researchers better discover and understand research articles through Smart Citations–citations that display the context of the citation and describe whether the article provides supporting or contrasting evidence. scite is used by students and researchers from around the world and is funded in part by the National Science Foundation and the National Institute on Drug Abuse of the National Institutes of Health.