RESUMEN: Los estudios de dominancia coronaria realizados en diversos grupos poblacionales han reportado gran variabilidad. El propósito de este trabajo fue determinar la dominancia coronaria en un grupo de mestizos colombianos. Se evaluaron los corazones obtenidos de 154 cadáveres frescos obtenidos como material de autopsia. Las arterias coronarias fueron sometidas a proceso de inyección con resinas sintéticas e impregnadas en solución de KOH al 15% para liberar la grasa subepicárdica. Se observó dominancia coronaria derecha en el 83,7% de los especímenes cardiacos, correspondiendo la expresión mayoritaria de éstos, a la dominancia moderada con el 42,8%. La circulación balanceada se observó en el 9,2% y la dominancia izquierda en el 7,2%, con una mayor frecuencia del subgrupo II en un 3,3% de los casos. La dominancia derecha se presentó con mayor frecuencia en mujeres pero no fue estadísticamente significativa (p= 0,26). La rama circunfleja fue de expresión corta en 143 corazones (92,8%) y de expresión larga en el 7,2%. La arteria coronaria derecha finalizó entre la cruz cardiaca y el margen izquierdo en el 81,8% y con menor frecuencia en el margen izquierdo en un 1,9%. El calibre de la arteria coronaria derecha en los corazones con dominancia derecha fue de 3,21 mm (SD 0,53) y en los corazones con dominancia izquierda fue de 2,67 mm (SD 0,30), existiendo una diferencia estadísticamente significativa (p= 0,0066). Hubo un predominio de la dominancia coronaria derecha de expresión moderada, arterias circunflejas cortas y arterias coronarias derechas con mayor calibre en los especímenes con dominancia derecha.
RESUMEN:El uso racional del acceso a las venas superficiales en la fosa cubital es de especial relevancia en pacientes pediátricos, con fístulas para diálisis, en quimioterapia, o como vías para acceso venoso central. Se han descrito varios patrones venosos con sus beneficios o riesgos. Se determinó la frecuencia de los patrones venosos en una población de ambos sexos nacida en Bucaramanga, Colombia, en 800 miembros superiores (200 hombres y 200 mujeres), conforme a la clasificación propuesta por del Sol et al. (1988Sol et al. ( , 2007. El análisis descriptivo para variables cualitativas nominales y ordinales mediante porcentajes, las cuantitativas con media y desviación estándar en el caso de variables con distribución normal y las no paramétricas identificadas con número mediante mediana y rango intercuartil. Se comparó género y patrón venoso mediante la prueba de Kwallis y chi cuadrado. El patrón predominante fue el III, 297 casos (37%) determinado por una alta frecuencia en mujeres (54%), seguido del II 190 casos (24%). En el lado derecho para ambos géneros el patrón más frecuente fue el III, 141 casos (35%), seguidos del II, 89 casos (22%). En el lado izquierdo para ambos géneros predominó el patrón III, 156 casos (39%), seguido por el II con 101 casos (25%). El patrón II fue el mayor en hombres (28%), seguido del III (21%). En mujeres predominó el patrón III, seguido del II (19%). En el lado derecho en hombres, predominó el II (24%) seguido del IV (23%). En el lado derecho en mujeres predominó el III (51%) seguido del II (20%). En el lado izquierdo en hombres, predominó el patrón II (32%) seguido del III (21%). En el lado izquierdo en mujeres predominó III (57%) seguido del II (18%). El patrón que en más ocasiones se presentó al mismo tiempo en ambos lados en la misma persona fue el III (23,5%).PALABRAS CLAVE: Punción venosa; Venas; Fosa cubital. INTRODUCCIÓNLa canalización de las venas superficiales del miembro superior es uno de los más frecuentes procedimientos invasivos que generan malestar y dolor asociados a riesgo de infección o hematoma. Horowitz (2001) señaló el riesgo de lesión de los nervios cutáneos antebraquiales lateral y medial, al igual que la rama superficial del nervio radial generando en ciertas ocasiones la aparición de dolor neuropático y limitación funcional. Vialle et al. (2001) resaltaron el riesgo de lesión de la rama superficial del nervio radial durante la inserción del catéter en la porción distal del antebrazo en la canalización de la vena cefálica; mostraron que en 33 cadáve-res estudiados, la rama sensitiva del nervio radial inicia un curso subcutáneo a una distancia promedio de 8,16 centímetros medidos desde el proceso estiloideo del radio. En cada muestra el nervio cruzó la vena cefálica o una de sus afluentes al menos una vez, y en 14 de los 33 casos, la vena y el nervio se cruzaban en 2 sitios diferentes. Abrams et al. (1992) y Auerbach et al. (1994 reportaron distancias promedio similares (9 y 8,6 centímetros, respectivamente).
ROBLES, C. M. I.; DÍAZ, D. A. M. & OSMA, Z. S. E. Relación entre el patrón venoso superficial del antebrazo y las complicaciones de los cateterismos venosos periféricos y centrales en una muestra de niños atendidos en una unidad de cuidados intensivos pediátricos de Santander, Colombia. Int. J. Morphol., 34(3):885-889, 2016. RESUMEN:Desde hace varias décadas se han adelantado estudios anatómicos que muestran como las poblaciones en diversos países mantienen una representación de los diferentes patrones venosos superficiales en el antebrazo. Esto contrasta con el concepto arraigado en los textos clásicos de anatomía que mantuvieron la idea de una poca variabilidad de las venas y un predominio del llamado patrón en "M". El presente estudio descriptivo, en niños que ingresaron a la Unidad de Cuidados Intensivos Pediatricos (UCIP) y requirieron acceso venoso en miembro superior, busca determinar si existe asociación entre las venas y el patrón venoso superficial del antebrazo y la necesidad de retirar los catéteres superficiales (bránula y epicutáneo). Se incluyeron 54 pacientes: 23 niñas y 31 niños. Se valoraron las indicaciones de venopunción y el tipo de patrón venoso. Se presentaron 22 cambios en la venopunción principalmente en los patrones II y IV. Pero aunque el patrón IV tuvo un porcentaje de presentación menor comparado con el patrón II, fue el único patrón en el cual se presentó la necesidad de cambiar la venopunción en 3 ocasiones consecutivas. Consideramos de gran importancia darle una aplicación clínica al concepto anatómico de los patrones venosos; fomentar en las escuelas de Enfermería y Medicina la enseñanza de los patrones venosos y sus implicaciones de riesgo, y valorar con estudios posteriores si el patrón tipo IV puede aumentar el riesgo de iatrogenia en poblaciones infantiles.
RESUMEN:Se determinó la frecuencia de los patrones venosos superficiales del miembro superior en una muestra de 885 personas (438 hombres y 447 mujeres) nacidas en el Departamento de Santander, Colombia de acuerdo a la clasificación propuesta por del Sol et al. El patrón que predominó fue el I con 524 casos (30%) seguido del patrón III con 451 casos (26%). El patrón I fue el más frecuente tanto en el miembro superior derecho con 286 casos (32%) como en el miembro superior izquierdo con 238 casos (27%). En hombres el patrón predominante fue el I con 307 casos (35%) seguido del patrón II con 228 casos (26%). En mujeres el patrón predominante fue el III con 367 casos (41%) seguido del patrón I con 217 casos (24%). El patrón en "M clásica" tuvo una frecuencia similar en hombres y mujeres con 8%.PALABRAS CLAVE: Venas superficiales; Vena cefálica; Vena Basílica. INTRODUCIÓNLas venas superficiales del antebrazo son usadas diariamente por los profesionales de Enfermería, por los anestesiólogos y por el personal de cuidado crítico y cuidados intensivos como sitio de acceso para el suministro de medicamentos y líquidos parenterales. Durante su curso por el antebrazo y la fosa cubital, estas venas se encuentran en cercana relación con varias estructuras vasculares y nerviosas del miembro superior. Lirk et al. (2004) señalaron el riesgo de lesionar una arteria aledaña al intentar canalizar una vena o el riesgo de aplicación equivocada de un medicamento por vía arterial. De la misma manera, Boeson et al. (2000) mostraron como la lesión de nervios cercanos genera consecuencias motoras o sensitivas, en ocasiones de larga recuperación. Yamada et al. (2008) señalaron un mayor riesgo de lesionar estructuras nerviosas cuando se puncionan las venas mediales del antebrazo y del Sol et al. (2012) recomiendan el uso de la venas mediana cefálica o cefálica del antebrazo, lo que previene los riesgos de punción de otras estructuras anatómicas importantes como el ramo anterior del nervio cutáneo antebraquial medial. Además, Barria et al. (2006) indican que el acceso venoso superficial del antebrazo presenta mayor dificultad en personas obesas y en particular en algunos pacientes pediátricos en quienes la visualización del recorrido de las venas es más difícil debido a su gran capa de grasa subcutánea.Otro campo de uso importante de las venas superficiales es la realización de fístulas arterio-venosas en pacientes que requieran diálisis renal; Camblor et al. (2005) recomiendan, para la conservación de la fístula, tener criterios claros * Médico, Maestría en Ciencias Básicas Biomédicas. Docente
Background: The great variability of the extrahepatic bile duct (EBD) has clinical-surgical implications. The objective of this study was to characterize the morphological expressions of EBD. Methods and findings This descriptive study, done by injecting a semi-synthetic (Palatal GP40L 85%; styrene 15%) impregnated with mineral green dye into the gallbladder, to determine the anatomical characteristics and the biometrics of EBD in 33 blocks formed from the supra-mesocolic floor.The gallbladder presented a length of 66.9 ± 1.7 mm. The Hartmann´s Pouch was observed in 16 specimens (50%). The lengths of the cystic duct (CD), common hepatic duct (CHD) and common bile duct (choledoch duct) were 27.8 ± 1.6 mm, 28.6 ± 11.39 mm and 60.6 ± 11.6 mm respectively. The presence of accessory hepatic ducts (AHD) was found in three samples (9.1%). In 29 specimens (87.9%) the cystic duct presented medium length, while in 4 cases (12.1%) the CD was long (P < 0, 05). The trajectory of the lateral oblique of CD was present in 23 cases (69.7%), with statistically significant differences in relation to the other trajectories of the CD (P <0, 05). In 18 samples (55%) the cystic-hepatic union appeared at the level of the middle third of the EBD, while in 15 (45%) cases the union of the CD was low (P<0,05). Conclusions The mathematical distribution of the segments of the EBD, carried out in this study, provides reliability to the assessment of the cystic-hepatic junction level. The presence of CHA and the level of the cysto-hepatic junction are important anatomical references, especially in emergency room procedures.
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