1En general, la mayor parte de los niños/as disfruta de las funciones socializadoras del grupo de iguales (desinhibición emocional, control de la agresión, conflictos sociocognitivos, etc.). Sin embargo existe un grupo de niños que además de no beneficiarse de estas funciones positivas, considera este contexto de iguales como su principal fuente de problemas. Esto es precisamente el rechazo entre iguales: la existencia de malas relaciones entre iguales, con lo cual éstos dejan de cumplir su importante función socializadora (Díaz-Aguado, 1996). Este grupo de niños rechazados por sus iguales se define sociométricamente como aquellos niños que generalmente son poco elegidos por sus compañeros y al mismo tiempo, resultan aversivos y antipáticos para la clase. El método más utilizado para medir el rechazo son las técnicas sociométricas administradas al conjunto de la clase, a través de las cuales se pregunta a los niños sobre sus preferencias y sobre sus rechazos. En conclusión, los niños rechazados son niños que se encuentran excluidos del grupo y que poseen serias dificultades para ganar la aceptación y la amistad del grupo de iguales (Asher, 1990).El rechazo entre iguales constituye un importante problema a tener en cuenta en el contexto escolar, principalmente por tres razones. En primer lugar, posee una alta incidencia, ya que afecta al 10-20 % de los niños de una clase (García, Musitu y García, 1990). En segundo lugar, su alta estabilidad a lo largo del tiempo y de los contextos se 1 Este trabajo fue realizado gracias a la ayuda del
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