Las fuentes de las Bienandanzas e fortunas de Lope García de Salazar hace mucho que intrigan a los investigadores; tras las alusiones, las referencias y las citas estaba una biblioteca más que notable, en un tiempo -mediados del siglo XV-en que las bibliotecas señoriales no eran muy numerosas ^. De esa biblioteca no tenemos más que noticias indirectas, no ha nos llegado inventario alguno, que debió de existir, redactado probablemente junto al de los bienes de la casa de San Martín tras la muerte del caballero vasco.La sucesión de Lope García de Salazar no fue pacífica, como tampoco parece que su muerte se debiera a causas naturales (probablemente fue envenenado a instancias de su hijo Juan de Salazar), por lo que quizás no se levantaron con el celo adecuado los inventarios de los bienes del finado. El pleito que movió ante los reyes el heredero legítimo, Ochoa de Salazar, hijo del primogé-' Esta investigación se ha desarrollado dentro de los proyectos de investigación financiados por la DGYCIT PB98-1170, y BFF que había oído contar y de su propio y profundo conocimiento de la historia contemporánea^. Dado el orgullo que sentía por su bibUoteca y sus lecturas, es justo e incluso esperable que alardeara a cada paso las fuentes que él «abreviaba»^, y así obró casi siempre, declarando dónde el lector podía encontrar ampliado un argumento o de qué Ubro lo extraía y aunque tal proceder sea normal en los libros de historias -^la común alusión a las autoridades ^-, destaca el modo que tiene García de Salazar de aludir a sus fuentes, sobre todo si lo comparamos con la práctica del taller alfonsí.La General estoria, en efecto, suele declarar sus fuentes. A cada poco se repiten expresiones como «dize la Biblia», «cuenta Josepho», «dize maestre Pedro», «según Rábano en su glosa», «assy commo dize el Egisipo» bien solas, bien combinadas, bien añadiendo «y otros», etiqueta esta última bajo la que suelen ocultarse obras de autores no cristianos o ajenos a la tradición occidental como apunta J. R. Macedo: «A alusao aos sabios corresponde a uma estrategia textual utilizada quando se pretendiam explorar certos trechos obscuros da fonte principal do conhecimento do mundo, a BíbUa» ^°. De todos modos no siempre sucede así, puesto que Alfonso X también menciona por su nombre a autores no cristianos:Los arávigos an su Biblia trasladada del ebraigo como nos; comoquier que demuden y ellos algunas razones a logares e pongan y otras, fablan y d'es-(hacia la literatura vasca), Madrid, Castalia, 1989, págs. 575-586