En este trabajo se da cuenta de la situación lingüística de Aquitania y Vasconia en la antigüedad. La documentación conservada, de naturaleza onomástica, prueba la existencia de una lengua o de variedades lingüísticas relacionadas estrechamente con la lengua vasca. Se discuten las características específicas de la documentación y los problemas textuales y metodológicos a la hora de su descripción, análisis y explicación lingüística.
Lanak adituek berrikusi dituzte, itsu bikoitzeko sistemaren bidez/Los trabajos han sido revisados por pares doble ciego.
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La comparación de las creencias religiosas de los vascones con las de sus vecinos (várdulos, caristos, autrigones, berones, celtíberos y aquitanos) constata: a) que los vascones tuvieron unas creencias peculiares y distintivas: peculiares, porque su etimología no tiene explicación por el indoeuropeo y parecen referirse a fuerzas naturales o a ciertos animales totémicos; b) que lingüísticamente se relacionan estrechamente con sus vecinos septentrionales, ya que ambos pueblos, a pesar de las cautelas insoslayables sobre las interpretaciones etimológicas, coinciden en exclusiva en tener dioses de nombre “éuskaro”, relacionados, además, con las fuerzas de la naturaleza. Muy distinto es el caso de los demás vecinos, cuyas divinidades se explican, tanto etimológica como funcionalmente, en el ámbito indoeuropeo: c) que, sociológicamente, son los autóctonos los que han conservado estas creencias, incluso en un ambiente ya romanizado. Los pueblos hispánicos han adoptado, de forma casi generalizada, la estructura y onomástica latina, pero dejan percibir su origen autóctono en la mayoría de los casos. Los aquitanos presentan un indigenismo mucho más acusado: tan solo un tercio ha adoptado la estructura y onomástica romana.
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