ResumenDurante la última dictadura militar en Argentina (1976Argentina ( -1983 el rock nacional argentino llegó a ocupar un lugar -antes ocupado por el rock anglo-que aún mantiene. Este crecimiento acelerado tuvo una relación directa con el accionar de la censura y el discurso militar que se basaba en la lucha contra un supuesto "enemigo". Lo interesante radica en que el primer enemigo creado por la junta militar era el "joven", que por su adicción al rock -se decía-se convertiría en subversivo, por lo cual el rock fue perseguido por la censura. Sin embargo, al declarar la guerra contra Inglaterra en 1982, surgió otro enemigo. El régimen entendió que necesitaba el apoyo de los jóvenes, por lo que de ser enemigos pasaron a ser convocados a colaborar con el régimen cediéndoseles espacios públicos para persuadir a la población, a través de su música, a apoyar la guerra. Si bien el régimen parecía tener claro que la música cumplía una función social y política importante, no contó con que, lejos de apoyar la guerra y el discurso épico de los militares, el rock nacional usaría ese mismo escenario para resistir, disentir y expresar su solidaridad con los rockeros y ciudadanos ingleses.Palabras clave: dictadura, Argentina, rock nacional, enemigo, guerra, censura
AbstractDuring the last military dictatorship in Argentina (1976Argentina ( -1983 Argentine national rock grew to cover a space -previously owned by Anglo rock-it still maintains. This sudden growth was directly linked to the way censorship operated and to a military discourse based on a fight against a supposed 'enemy'. Interestingly, the first enemy created by the military Junta was the 'youth' who, because of their addiction to rock music -they said-would become subversive. Therefore, rock was affected by censorship. However, when the military regime declared war against England in 1982, there was a new external enemy to fight against. The military authorities understood that they needed the support of the youth, who were now displaced to a different role: they were called to collaborate with the regime. They were given public spaces to perform their music so as to persuade the general public, through their songs, to support the war. Though the regime seemed to be aware of the important social and political function of music they failed to count on the fact that the young rockers would use that same space as an opportunity to resist, dissent and express their solidarity towards their fellow English rockers and citizens.