La casa se enferma, la casa nos enferma, la casa cura, la casa nos cura. La hipótesis de la vivienda como lugar donde se curan trastornos médicos y sociales es el punto de partida del presente artículo. El objetivo planteado es analizar, a través de tres episodios, la modernidad incipiente de la segunda mitad del siglo XIX, la modernidad hegemónica de la primera mitad del siglo XX y la contemporaneidad, la relación entre vivienda y enfermedad. En el combate a las enfermedades la arquitectura ha encontrado una excusa para repensar y reformular los paradigmas vigentes del habitar, y a inicios del siglo XXI nuevamente se enfrenta a este desafío disciplinar en el marco de la pandemia por el COVID-19, que ha evidenciado el conflicto ya existente entre las necesidades contemporáneas y un paradigma habitacional deudor de la modernidad.