Es significativa la reflexión sobre la relación entre el sistema de educación para todos y todas en términos de igualdad, participación y no discriminación, en el escenario de una escuela verdaderamente democrática e incluyente, que vela por la calidad de vida de los estudiantes a partir del desarrollo de capacidades y competencias que les permita a corto, mediano y largo plazo enfrentar los retos que la sociedad les plantea. Este artículo, analiza la política de inclusión educativa desde el desarrollo humano. Para ello, se trabajan en cinco apartados, considerando como aspectos relevante: la política de inclusión educativa, los antecedentes históricos de la exclusión y la inclusión educativa, los aspectos históricos de la educación inclusiva, la escuela como la institución que le da vigencia a la política educativa y, por último, los sistemas educativos inclusivos y la pedagogía normalizadora. Como resultados, se pueden señalar, el papel de la educación como acción formativa del sujeto en el marco de los procesos del desarrollo humano, debe ir más allá del cumplimiento de unos objetivos y funciones vinculados con situaciones que, en el marco de la actual globalización, son una negación al verdadero desarrollo de las personas. Las políticas educativas inclusivas colaboran a la educación y a los Derechos Humanos, pero se requiere una contextualización apropiada a las realidades en la que la escuela se inserta y, por ello, se requiere de un reconocimiento de las diversas situaciones, de las necesidades, carencias y problemas a los que se enfrentan los sujetos de la educación.