“…Este proceso impacta sobre el mercado de la vivienda, las expresiones culturales, el espacio público y/o los recursos naturales. Existe una cantidad importante de efectos, como el acelerado cambio de las actividades del sector primario al terciario; el abandono de la población que tradicionalmente habitaba esos espacios; la sustitución de comercios tradicionales; el alza del precio del alquiler; la sustitución de viviendas de uso residencial por viviendas de uso turístico; la pérdida de lazos y la organización comunitaria; el encarecimiento de los productos de primera necesidad; la pérdida de prácticas y formas de consumo diferentes al capitalista; la pérdida de espacios de sociabilidad de la población local y, en ocasiones enfrentamientos entre locales descontentos con los turistas, con los involucrados en el turismo o con las autoridades que incentivan el desarrollo de esta actividad bajo estas condiciones (Gil, et al, 2018;Barrero, 2021;Salas, et al, 2019). En este sentido, la presencia de un capital social que conduzca a acciones de la población local, organización comunitaria y estrategias de negociación entre los diferentes actores que comprenden el sistema turístico, representa un punto álgido en los escenarios futuros de esta actividad (López, et al, 2012).…”