“…Así, en el caso de los trastornos del neurodesarrollo (trastorno por déficit de atención e hiperactividad o trastorno del espectro autista), el centro escolar tiene constancia de estos casos ya que, generalmente, han sido diagnosticados por los orientadores en la EP y en el cambio de etapa se informa de las adaptaciones curriculares adecuadas que permiten dar una respuesta educativa más ajustada a las características de estos estudiantes. Sin embargo, en el caso de los trastornos de la ansiedad y depresivos, el diagnóstico se realiza en el ámbito sanitario y, por tanto, el ámbito educativo puede desconocer estas situaciones Mala imagen de sí mismo (Folgar et al, 2013) Bajo nivel de autoestima (Coelho et al, 2017;Ryan, Shim y Makara, 2013) Bajo nivel de empatía (Williford et al, 2016;Williford, Boulton y Jenson, 2014) Bajo nivel de inteligencia emocional (Adeyemo, 2002) Interinestabilidad del individuo (Vanlede, Little y Card, 2006) Problemas de autorregulación (Pears, Kim y Leve, 2012;Rudolph et al, 2001) Baja motivación (Madjar, Cohen y Shoval, 2018;Monarca et al, 2012) Bajo nivel de autoeficacia (Madjar y Chohat, 2016) Preocupación ( Padres divorciados (Hines y Mack, 2007;Langberg et al, 2008) Ambiente familiar Que los padres dejen de ser un referente principal durante la transición (Folgar et al, 2013) Padres que agreden a sus hijos (Yaros et al, 2016) Escaso contacto padres-profesorado (Crosnoe, 2009;Edwards et al, 2014) Tener apego hacia los padres (Duchesne, Ratelle, Poitras y Drouin, 2009)…”