“…También hay consenso sobre como la visión de neutralidad ha limitado la configuración de prácticas científico-tecnológicas que reconozcan el valor del contexto social, ya que el conocimiento siempre es situado (Haraway, 2009) A partir de ello, se ha relatado una historia de la ciencia que incluye a algunos, pero que excluye a otras personas (Hussénius et al, 2015), lo que ha conllevado la prevalencia de una mirada hegemónica que refleja la desigualdad social e inequidad de género, tanto en la participación de las mujeres y de otros grupos minoritarios en ciencia (Díaz-Mejías, 2021), como también en construcción social y cultural de prácticas y discursos científicos cargados de estereotipos. En este sentido, investigaciones relacionadas con la epistemología de la ciencia, (Giroux, 2021;Hatheway, 2018;Pelúcio & Borda, 2021), impulsan en la comunidad académica la reflexión y cuestionamiento sobre la idea de que el conocimiento científico no es neutral, y que la producción de conocimiento se encuentra influenciada por la identidad, experiencias y creencias de la persona que investiga, donde ser mujer u hombre es fundamental (Blanco, 2015;Camacho, 2017;Sinnes, 2006;Sinnes & Løken, 2014). Lo anterior coincide con la mirada sobre la idea de ciencia que se ha reproducido a lo largo de la historia y cuan relevante es la reflexión y posicionamiento epistemológico para resignificar los estereotipos de género.…”